sábado, 9 de abril de 2011

Bocazas y van 3...

Tenía mis dudas si escribir sobre semejante inmundicia, no se merece que le demos más publicidad gratuita así que no me extenderé.

Salvador Sostres es un Berlusconi más salvo porque no gobierna un país, pero está claro que lo único que busca en su triste vida es tocarle las narices a todos, no sé como un periodico como El Mundo permite a este rastrojo escribir...Bueno, sí lo sabemos, porque su director el infame Pedro J. Ramírez de todos conocido por su amplitud de miras en lo que a dirigir un medio de comunicación se refiere ha permitido que un ser repugnante y con una total falta de escrúpulos escriba lindezas como esta.

El chico rumano de 21 años que ha estrangulado a su novia embarazada, también rumana, de 19, “era un chico normal”, según han dicho de él sus vecinos y conocidos. “Discutían como cualquier pareja”, ha explicado la madre de la víctima. Después de cometer el crimen –o de presuntamente cometerlo, hasta que no se celebre el juicio- el chaval, horrorizado por lo que había hecho, telefoneó a su padre a Rumanía y le mostró el cadáver de su novia muerta a través de una webcam.
Porque un chico normal de 21 años que está enamorado de su novia embarazada, es normal que pierda el corazón y la cabeza, el sentido y el mundo de vista, si un día llega a casa y su chica le dice que le va a dejar y que además el bebé que espera no es suyo.
Ni puedo justificar ni justifico un asesinato, ni cualquier forma de maltrato tenga consecuencias más leves o más graves. No pienso que haya causas morales que puedan justificar matar a alguien, ni que puedan servir siquiera de atenuantes en el juicio. Digo que a este chico les están presentando como un monstruo y no es verdad. No es un monstruo. Es un chico normal que se rompió por donde todos podríamos rompernos.
Porque hay muchas formas de violencia, y es atroz la violencia que el chico recibió al saber que iban a dejarle y que el niño que creía esperar no era suyo. No te causa la muerte física pero te mata por dentro y aquel día algo de ti muere para siempre. No justifico lo que hizo, ni creo que se pueda justificar, pero no es un monstruo: es un chico normal sometido a la presión de una violencia infinita, una violencia que no por no ser física es menos violenta; un chico que luego tuvo una reacción terrible, inaceptable e inasumible, criminal, y que no sólo terminó con la vida de su novia y la de la criatura que esperaba sino que terminó, en cierto modo, con la suya propia.
Espero que si algún día me sucede algo parecido disponga del temple suficiente para reaccionar quemándome por dentro sin que el incendio queme a nadie más. Pero me reconozco en el dolor del chico, en su hundimiento, en su caída al fondo de sí mismo oyendo las explicaciones de su novia. Me reconozco en su desesperación, muy normal y nada monstruosa: en su herida, en su desgarro. Quiero pensar que no tendría su reacción, como también lo quieres pensar tú. Pero ¿podríamos realmente asegurarlo? Cuando todo nuestro mundo se desmorona de repente, cuando se vuelve frágil y tan vertiginosa la línea entre el ser y el no ser, ¿puedes estar seguro de que conservarías tu serenidad, tu aplomo?, ¿puedes estar seguro de que serías en todo momento plenamente consciente de lo que hicieras?
Que la justicia dicte su sentencia y que sea tan severa como tenga que ser. Ante un asesinato no hay causas morales. Pero este chico no es un monstruo. Es un chico normal disparado al centro de su querer, arrancado a la vez de su novia y de su hijo, sometido a una violencia brutal que al no ser física nunca se considera pero que ahoga y machaca lo mismo que cualquier otra violencia.
Hay muchas formas de violencia. La mayoría de los que escriben y leen sobre sucesos ignoran cómo a veces el amor se convierte en escoria y en desgracia y se abraza desesperadamente a la tragedia.

Las frases en negrita las he remarcado porque son desde mi punto de vista las que realmente dan a entender que el chico reaccionó así porque su novia le engañó, luego aunque dice varias veces que no justifica el asesinato pero la culpa es de ella, que ella le hizo mucho daño y que el pobre muchacho no es un mostruo por estrangularla... No sé ni me importa si Sostres está casado pero cualquier mujer de su entorno debería escupirle a la cara por semejante artículo.

Pedro J. Ramírez se vió presionado por muchas personas que han criticado dicho artículo, hasta el punto de que ha tenido que retirarlo de la web y pedir disculpas debido "supuestamente" a que el artículo se saltó los filtros de contenido lo cual es una flagrante y estúpida mentira, y no sólo lo digo yo. El director de El Mundo siempre ha sido polémico porque permite cosas que éticamente no debería con tal de vender cuantos más periodicos mejor y ahora le podría salir cara esa política. Pero me temo que al final y como siempre amparándose en la ya raída libertad de expresión se salvarán. La libertad de expresión no se concibió para que sabandijas como Sostres pudieran hacer y decir lo que quieran con total impunidad.

En fin espero de corazón que le metan un puro bien gordo a Sostres y a Ramírez por hacer y permitir respectivamente ese tipo de periodismo sucio y estrecho de miras, puro periodismo Berlusconiano.

Carlos Carnicero "¿Que hacemos con Sostres y sus encubridores"

Saludos y sed buen@s.

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